La Gastrostomía endoscópica percutánea consiste en la realización de esofagogastroduodenoscopia con el endoscopio flexible. Inicialmente permite verificar la integridad del estómago que permita la colocación de la sonda de alimentación. Posteriormente se ubica la zona adecuada para la colocación del mismo, y mediante técnica de tracción se ubica en la pared abdominal del paciente. Este procedimiento se realiza bajo sedación suave.
Indicaciones para una Gastrostomía endoscópica percutánea
En pacientes con:
- Lesión o traumatismos craneoencefálicos.
- Pacientes con enfermedades graves que requieren tratamiento en una unidad de cuidados intensivos.
- Condiciones neurológicas como: enfermedad cerebrovascular, demencia, enfermedad de Parkinson, parálisis cerebral, esclerosis múltiple que alteran el nivel de alerta y conciencia del paciente.
- Enfermedades que causan obstrucción como: cáncer de la orofaringe (garganta), cáncer de esófago.
- Otras condiciones: desnutrición por cáncer, quemaduras, fibrosis quística, entre otras.
Contraindicaciones de una Gastrostomía
Las mismas que para una EGD, además pacientes que por lesiones tumorales de gran tamaño no permitan el paso de endoscópico o con trastornos de coagulación por el riesgo de sangrado.
Complicaciones relacionadas a una Gastrostomía
Se observan algunas complicaciones inmediatamente después de la colocación del tubo de gastrostomía endoscópica percutánea (PEG). Estos incluyen el neumoperitoneo (salida de aire a la cavidad abdominal); el íleo paralítico (por vómitos posterior al procedimiento); la perforación del esófago o el estómago (en un sitio que no sea la gastrostomía) o el daño a otros órganos intraabdominales, como el hígado o el colon. Sin embargo los riesgos son muy bajos.
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